No se muy bien si todos habéis visto las imagenes del comic, me da que no....y no me apetece nada ponerme a escanear y demas ahora..pero no me queda otra...
Comic pág 1
(TEXTO: 1) Cuando siendo aun adolescente te enteras de que tus abuelos te dejan de herencia una casa esperas no tener jamás problemas de vivienda
2) Cuando además recibes la herencia sin llegar a la mayoría de edad, esperas una vida sin ataduras y cierta independencia
3) Esperas vivir sola, esperas vivir para tí, pero esto...
4) Esto no me lo esperaba...
Comic pág 2
Comic pág 3
La casa estaba más habitable de lo que Jane habría jurado al principio, al menos tenía electricidad en casi todas las habitaciones y salía agua potable de los grifos, si se dejaba correr un rato, claro.
Se había pasado el día limpiando la casa. La ausencia de muebles había facilitado bastante la tarea, pero las grandes extensiones de suelo lleno de polvo de hacía meses llevaba su tiempo.
Hacía ya mucho que sus abuelos habían dejado la casa y Jane suponía que desde entonces no se debía haber pasado una escoba.
Se le hizo de noche limpiando, había acabado cansada pero satisfecha. Se sentía extraña en aquel lugar. Su juicio se veía a menudo en rivalidad con un sentimiento de estremecimiento que le producía cambiar de una estancia de la casa a otra.
Era indudable que aquel lugar imponía. Con unas habitaciones y salas tan inmensas y vacías nunca se acababa de estar a gusto.
Todos los lugares estaban bien iluminados, pero hasta que no llevabas un buen rato dentro de un mismo lugar no te acababas de acostumbrar.
De todas las habitaciones de la casa, Jane escogió la primera a mano derecha según se subía por las escaleras al segundo piso, porque claramente era en el segundo piso donde se encontraban los dormitorios, cinco pudo contar Jane, aparte de una gran biblioteca y una sala que no consiguió abrir.
Jane hizo un sobreesfuerzo para apagar todas las luces de la casa a su paso hasta su habitación, pero ante todo mantuvo la compostura, ella no era de esas chicas que se asustaban fácilmente, y mucho menos por cruzar una sala libre de obstáculos, aunque estuviera en penumbra.
Pero solo se sintió cómoda cuando llegó a su habitación, tan llena de cajas aun sin desembalar, con unas dimensiones inferiores a las de las otras habitaciones. Seguramente tanto el tamaño como la única ventana de proporciones pequeñas que había en el cuarto era lo que le transmitía a la chica la sensación de cobijo, al menos allí estaría tranquila hasta que se acostumbrara a la inmensidad de su propiedad, o hasta que encontrara algún inquilino que quisiera vivir allí con ella.
Eso la hizo pensar. Ya se había tumbado sobre la cama, que se limitaba a un colchón tirado en el suelo, y una sabana para cubrirse, pues aun en verano, al amanecer siempre refrescaba algo.
Si debía alquilar alguna habitación para mantenerse (maldijo nuevamente a sus padres) mañana mismo pondría anuncios por toda la ciudad.
Tenía suerte, pues a pocos metros de la mansión había una parada de autobús que pasaba por las universidades y, obviamente, una casa a 15 minutos de clase sería interesante para muchos jóvenes.
Pensaría en ello más adelante, por el momento se estiró en la cama y trató de relajarse, pero todo aquel silencio le resultaba algo incomodo.
Suspiró ofuscada y se reprendió a si misma girándose y poniéndose de lado en la cama.
-Vamos Jane… ¡duérmete ya!–se tumbó bruscamente de nuevo boca arriba.
El tiempo fue trayéndola el sueño. El sonido del minutero de su reloj se interpuso al que producía la suave brisa moviéndose por entre el jardín y Jane pudo despejar la mente de ideas negativas y relajarse.
Si bien todo el mundo odia que se le moleste en esos primeros minutos, mitad sueño mitad vigilia, a Jane no la importó, sino que la puso alerta.
El ruido que la había despertado mientras trataba de dormirse era demasiado inusual como para atribuírselo a algún animalillo indeseable correteando por el suelo.
De hecho, que Jane supiera las ratas no hablaban, y para cuando empezaba a sospechar que había sido cosa de su mente traicionera la voz se repitió de nuevo. Con toda claridad.
Jane agudizó el oído. Sin darse cuenta se había sentado sobre la cama y permanecía como una estatua inmóvil observando la puerta.
Hacía tan solo unos minutos, el dejar una abertura entre la puerta y el marco de ésta le había parecido una buena idea. La claridad que entraba por ella le había hecho sentirse acompañada, pero estaba claro que sola no estaba.
Por la mañana se había apresurado a pensar que los ruidos de pasos que oyó fueron los de su propia madre escabulléndose después de dejar la carta con la buena nueva. Pero al parecer se había equivocado. La joven puso más atención a la voz, de la cual sacó dos cosas en claro. La primera era que la voz no estaba en su idioma, y la segunda, que se acercaba cada vez más. Ya estaba en el segundo piso, en el pasillo que daba a su puerta.
Tal vez fuera un vagabundo, un indigente, o cualquier otra persona que buscaba un techo bajo el que dormir.
Independientemente de quien fuera, Jane se había colocado en una situación peligrosa. No sabía nada de su acompañante, pero las cartas que tenía ella no eran muy favorables, pues una adolescente de pequeña estatura y asustada no sería de gran ayuda en un enfrentamiento.
El pasillo del segundo piso era estrecho y largo. La voz se movía hacia delante y hacia atrás, pero nunca se alejaba demasiado de la puerta de Jane.
En el momento que más necesitaba de su mente racional para pensar algo que la sacara de semejante situación y no era capaz de pensar en nada, salvo en el absurdo detalle de que por mucho que se moviera aquel individuo no se oía el más mínimo ruido de pasos.
¡¿y a quién le importa eso ahora Jane?! –reprendió a su cerebro- ¡Ese tipo puede ser un asesino en serie que esté apunto de atravesar la puerta y rebanarte el cuello! Y ni siquiera habla tu idioma –lloriqueó interiormente viendo que la única posibilidad de solucionar las cosas con el dialogo se esfumaban.
El sonido de la voz pareciendo alejarse y acercarse le puso enferma a Jane. “¡Seguro que lo está haciendo para acojonarme!” –pensó Jane- “Dios…porque no tendré una pistola ahora” -lloriqueó de nuevo y entonces la puerta de su habitación se cerró de golpe, haciéndola pegar un bote.
Jane se quedó absolutamente inmóvil, dejó de respirar y abrió los ojos tratando de ver lo que no podía oír, pues la voz había cesado.
Antes de que pudiera tomar aire, Jane notó un frío húmedo por el brazo y la columna vertebral y, antes de que pudiera reaccionar, la voz sonó de nuevo, al lado de ella.
Saltó de la cama aterrada, ahogando un grito en la garganta, tan desesperadamente que hasta la dolía, y se abalanzó de cabeza hacia la puerta, tropezando con la sábana.
Tiró del picaporte.
¡No! –y el pasador no respondió- ¡Noooo! – gritó otra vez al tirar de nuevo y comprobar que la puerta no la dejaba pasar.
Se giró sobre si misma y quedó con la espalda pegada a la pared.
¿Quién eres?...¿que quieres? ¡¿Qué …que quieres?!..dijo mientras palpaba la pared en busca del interruptor de la luz, el cual parecía que había desaparecido.
Pero la voz no contestaba.
¡¿Quién eres maldita sea?!...-lloraba Jane-
Pero no obtenía respuesta. Se dejó caer al suelo y su pie tropezó con una de las cajas que tenía en cuarto. Metió la mano en ella rápidamente, rezando por que fuera en esa caja donde metió su linterna.
Y por fin la suerte le echó una mano. Acertó a encontrar y sacar la linterna de la caja. Sin pensarlo, Jane enfocó su cama pero no había nadie en la zona iluminada. Movió frenéticamente la linterna de un lado a otro, y no vio a nadie.
Jane se puso en pie y, esta vez lentamente y controlando sus nervios, rodeó las cajas apiladas que había enfrente de ella. “Que ruin esconderse detrás de unas cajas.” Pensaba Jane.
No sabía que encontraría, pero sentía como si cuando consiguiera verle, ella tomaría el mando. Era ahora ella la que le perseguía y él el que se ocultaba.
Un, dos y tres pasos y pudo enfocar detrás de las cajas. Y no encontró nada.
Pero antes de que pudiera reponerse de la sorpresa, una gota fría calló sobre su mejilla y a continuación otra, y otra.
Molesta y de forma instintiva, enfocó lentamente hacia arriba.
Y ahí estaba.
Comic pág 4
CONTINUARÁ
Última edición por Miss Ato el Miér Mar 25, 2009 6:30 pm, editado 3 veces